¿hola? ¿hay alguien ahí? Eh tu, si tu, es a ti.
¿qué hace la gente por ahí?
Aquí estoy, en Cuba dicen, aunque realmente yo no lo se, bien podría estar en Vicálvaro o en Pekín, porque llevo dos semanas sin salir de la escuela y el contacto con la vida exterior se resume a las noticias que nos traen los mosquitos a última hora del día y los sueños que tengo por la noche, los cuales a veces parecen reales, pero otras, las más habituales, son sueños bien locos. Esta noche sin ir más lejos soñé con la escuela plagada de dinosaurios, ahora miro debajo de la cama y no veo ninguno. Puede que sea porque la cama no tiene patas y está a ras de suelo, o puede que sea porque no hay dinosaurios en esta escuela, tal vez en otras, no se. Pero el caso es que aquí y ahora, no hay ningún dinosaurio en la habitación.
Metido en la escuela, trabajando como un perro en los proyectos de tres minutos, viendo buenas películas (enganchado a Bergman y a Buñuel) y haciendo siempre que puedo unos auténticos spaguettis a la Peiboletta, amigo, que gran placer cambiar el arroz con pollo de vez en cuando.
Ahora andamos metidos en un taller muy interesante, estética de la imagen y de la filosofía, con una profesora mitad húngara y mitad argentina que nos mueve bastante la cabeza, con textos filosóficos y análisis de cuadros. El último taller antes de que empecemos la pre producción de los tres minutos. Sin descanso, sin sueño y siempre con una sonrisa y unas bragas limpias.
Con la historia del mimo metida en la cabeza, con los actores ya apalabrados (que bueno el mimo) y con un inminente y fugaz viaje a España. Ay, tortilla de patatas, ay, calamares a la romana, no quiero ni pensarlo, no señor. Encargos y más encargos, trae spray para los decorados, trae látex líquido para el maquillaje, trae pintura negra, trae un chorizo de Pamplona, trae aceite, eso si, trae aceite. Salir con dos maletas vacías y volver con ellas llenitas, y entre medias visitas y más visitas.
Y con tanta cosa en la cabeza, no puedo dejar de pensar en el maestro, Fary ¿por qué me has abandonado? Porque si el Fary es omnipresente, por qué no le veo en esta escuela, por qué, cuando por las noches me siento solo y desamparado no viene ese maestro de la canción y de la media verónica y me arropa tras darme un besito en la frente. Oh Fary, ¿dónde te metes que no te veo? Te imploro y suplico, oh Fary, ven a verme, aunque sea un ratito, aunque solo sean unos minutos, al menos deja que note el rumor de tu aliento en mi nuca. Oh Fary, te echo de menos.
Se os quiere, a ti también, Fary
¿qué hace la gente por ahí?
Aquí estoy, en Cuba dicen, aunque realmente yo no lo se, bien podría estar en Vicálvaro o en Pekín, porque llevo dos semanas sin salir de la escuela y el contacto con la vida exterior se resume a las noticias que nos traen los mosquitos a última hora del día y los sueños que tengo por la noche, los cuales a veces parecen reales, pero otras, las más habituales, son sueños bien locos. Esta noche sin ir más lejos soñé con la escuela plagada de dinosaurios, ahora miro debajo de la cama y no veo ninguno. Puede que sea porque la cama no tiene patas y está a ras de suelo, o puede que sea porque no hay dinosaurios en esta escuela, tal vez en otras, no se. Pero el caso es que aquí y ahora, no hay ningún dinosaurio en la habitación.
Metido en la escuela, trabajando como un perro en los proyectos de tres minutos, viendo buenas películas (enganchado a Bergman y a Buñuel) y haciendo siempre que puedo unos auténticos spaguettis a la Peiboletta, amigo, que gran placer cambiar el arroz con pollo de vez en cuando.
Ahora andamos metidos en un taller muy interesante, estética de la imagen y de la filosofía, con una profesora mitad húngara y mitad argentina que nos mueve bastante la cabeza, con textos filosóficos y análisis de cuadros. El último taller antes de que empecemos la pre producción de los tres minutos. Sin descanso, sin sueño y siempre con una sonrisa y unas bragas limpias.
Con la historia del mimo metida en la cabeza, con los actores ya apalabrados (que bueno el mimo) y con un inminente y fugaz viaje a España. Ay, tortilla de patatas, ay, calamares a la romana, no quiero ni pensarlo, no señor. Encargos y más encargos, trae spray para los decorados, trae látex líquido para el maquillaje, trae pintura negra, trae un chorizo de Pamplona, trae aceite, eso si, trae aceite. Salir con dos maletas vacías y volver con ellas llenitas, y entre medias visitas y más visitas.
Y con tanta cosa en la cabeza, no puedo dejar de pensar en el maestro, Fary ¿por qué me has abandonado? Porque si el Fary es omnipresente, por qué no le veo en esta escuela, por qué, cuando por las noches me siento solo y desamparado no viene ese maestro de la canción y de la media verónica y me arropa tras darme un besito en la frente. Oh Fary, ¿dónde te metes que no te veo? Te imploro y suplico, oh Fary, ven a verme, aunque sea un ratito, aunque solo sean unos minutos, al menos deja que note el rumor de tu aliento en mi nuca. Oh Fary, te echo de menos.
Se os quiere, a ti también, Fary
2 Comments:
Onde está tu???????
Beijinho.
saudade!
janainita
hola primoo!! soy Maria... lo sientoo.. he estado de examenes..y no he podido seguir tu blog.. me alegro de que estes bien.. te echo mucho de menos y que sepas que me dio mucha rabia que vinieses y no saludases a tu unica e inigualable primita... venga es broma un beso pasatelo bien!
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