20 abril 2007

Deja que el mundo siga su curso

Después de tres semanas de ejercicio de tres minutos, que más bien parecen tres meses de ejercicios de tres horas tengo un ratiño para sentarme delante de las teclas y mirar un poco de cerca a todos los blogueros y blogueras del mundo mundial, esférico (aunque un poco achatado por los polos) y bien giratorio.
Aquí sigo y sigo, de pie y muy erguido, viviendo un sueño en 16 milímetros, trabajando como una perra trabajadora, madrugando sin que me importe madrugar, disfrutando con el sol y con el viento, tomando café caliente y zumo de naranja, cantando en la ducha y mojándome los pies en los charcos, bailando desnudo con la chica que más quiero, tomando una cerveza fría mientras hablo con gente de mil países, mil culturas, mil formas de ver la vida y los colores, entrando en una sala oscura para soñar durante hora y media, repetir los sueños en el colchón, acordándome de toda la gente, familia, amigos, cruces que te ofrece la vida, riendo, llorando de risa, escupiendo, saltando, dando volteretas, piruetas y cabriolas, cargando equipos de cine para luego utilizarlos bien utilizados, gritando cuando hay que gritar y susurrando en su preciso momento, conociéndome un poco más, aprendiendo de psicología con tanto loco que anda suelto por aquí cerca, sintiéndome un niño cada vez que pruebo un caramelo, desayunando al sol, haciendo spaguettis para todos los hambrientos que me rodean, inventando gazpachos imposibles, cambiando la dirección del sol con espejos, reptando, graznando y buceando. En fin, siendo feliz como una lombriz.
Que la vida es breve es a día de hoy un tópico muy típico, pero es que es así, es breve y llega un momento en que se acaba así que como ya dije una vez, desnudémonos todos y bailemos la cucamonga y el arrebidieli, bailes ambos imposibles para nuestra estructura ósea, pero ¿qué es un reto? Un reto es intentar tocarse los labios con las uñas de los dedos meñiques de los pieses que tenemos debajo de los tobillos, eso es un reto, y ole tus huevos si lo consigues, que yo ya lo conseguí a fuerza de dejarme crecer las uñas rompiendo zapatos y zapatillas.
Hasta aquí el informe informal informando de todo lo informable, que no informatizable que eso es otro cantar. Solo decir que esta larga ausencia de cuerpo, no de espíritu, ha sido debida a un largo y fatigoso ejercicio de filmación, que aún continúa, y que no me deja tiempo ni para olerme el sobaco izquierdo, mucho menos para teclear unas bonitas palabras que demuestren que sigo vivo y rechoncho.
Bob Dylan cantando, Spanish boots are made of spanish leather, el sol brillando y los pajaritos cantando, no se qué pasa que hay unos doce niños en la puerta de la habitación, pequeños actores deben ser. Hasta aquí hemos llegado.
Un abrazo para el que lo quiera, un beso y una larga lamida en las orejas para los más osados.
Me voy a La Habana que mis padres aterrizaron ayer.
AAAAAAAADIOS